Juicio a Hugo Banzer Suarez y amenazas de muerte a Marcelo Quiroga Santa Cruz
Entre noviembre y diciembre de 1978, Marcelo Quiroga Santa Cruz anunciaba que el Partido Socialista de Bolivia (PSB) -luego Partido Socialista Uno (PS-1)- iniciaría un juicio de responsabilidades contra Hugo Banzer y sus principales colaboradores en la dictadura militar que el ex presidente encabezó entre agosto de 1971 y julio de 1978.
Quiroga argumentaba que existía suficiente material probatorio de múltiples delitos cometidos por Banzer y sus subordinados en el ejercicio del poder político en Bolivia. Los delitos se dividían en tres grandes grupos:
Quiroga afirmó que había, asimismo, abundante evidencia probatoria para la futura acusación y que la misma debía realizarse en el seno del Congreso Nacional por ser un juicio político.
Luego del acopio de las pruebas contra el ex presidente, sus familiares, allegados y colaboradores en el gobierno, Quiroga presentó la fase expositiva, los días 30 y 31 de agosto y 3 de septiembre de 1979. La exposición en el parlamento de las pruebas -con documentación original generada durante la dictadura- acerca de los delitos perpetrados por Banzer y sus colaboradores contra la Constitución y los derechos humanos, contra la soberanía nacional, y contra la economía fiscal y la economía popular entre otros de corrupción funcionaria, fue el motivo que llevó al sistema banzerista aún vigente a decidir la eliminación física del diputado socialista. Es decir, inmediatamente después de la exposición de las pruebas y la acusación contra Banzer empezó a maquinarse el asesinato de Quiroga y el regreso al sistema banzerista. Así se explica el golpe de Estado de Alberto Natusch Busch –uno de los encausados– el 1° de noviembre de 1979, apenas dos meses después de la iniciación del juicio. Así se explica también el clima de inestabilidad e inseguridad política y social surgido en Bolivia a partir de enero de 1980, que tuvieron tres principales hechos antes del golpe del narcotráfico del 17 de julio de 1980: el asesinato de Luis Espinal, el accidente aéreo de una delegación de la UDP en el departamento de La Paz y los atentados dinamiteros en la ciudad de La Paz, donde murieron o fueron heridos ciudadanos comunes y corrientes o militantes que participaban en cierres de campaña electoral.
Quiroga denunció que era objeto de amenazas, al terminar su intervención parlamentaria en la que expuso las pruebas contra la dictadura. Dijo que amigos y enemigos, con diferente intención y tono, por supuesto, le advertían del peligro en que se encontraba, que estaban “buscando la manera de anularlo aun físicamente” por el hecho de haberse atrevido a sentar en el banquillo de los acusados al general Hugo Banzer y sus más estrechos colaboradores.
Es decir, Marcelo Quiroga estaba denunciando a los que ochos meses más tarde lograrían el objetivo de asesinarlo. Claramente indicó que Banzer y su entorno era el autor intelectual de esa conspiración contra su vida y contra el proceso democrático que vivía el país. En el curso de los meses posteriores al inicio del juicio, ya en 1980, las amenazas persistieron e incluso dejaron de ser anónimas para tornarse cínicamente públicas cuando el general Luis García Meza, posesionado irregularmente como Comandante del Ejército, el 22 de junio de ese año declaró que las fuerzas armadas y él personalmente, “como hombre” pondría en su lugar a Marcelo Quiroga Santa Cruz cuando éste hizo declaraciones públicas sobre cómo estaban siendo manejadas las instituciones militares del país.
El 1 de marzo de 1980 el PS-1 denunció públicamente que había un plan para asesinar a Marcelo Quiroga Santa Cruz como parte de una conspiración sangrienta contra el pueblo de Bolivia. Entre la documentación del Departamento II del Estado Mayor del Ejército existe evidencias del seguimiento que hacían los agentes de inteligencia militar a Marcelo Quiroga Santa Cruz y otros políticos.
Existen listas con nombres, domicilios, números telefónicos y otros datos de esos líderes políticos de la época 1978-1980. Se destaca un extenso análisis post electoral, desde la perspectiva militar, de las elecciones del 29 de junio de 1980, en el que Marcelo Quiroga Santa Cruz es identificado como enemigo de las fuerzas armadas, pero también como potencial candidato presidencial a las elecciones de 1984, lo que lo convertía en un peligro para las fuerzas “nacionalistas” expresadas en ADN en lo político y por las fuerzas armadas en lo militar, toda vez que se trataba de un “extremista” de izquierda. Como consecuencia de sus actividades políticas y del impulso al Juicio de Responsabilidades, Marcelo Quiroga Santa Cruz fue asesinado luego de la toma de la COB.