El 17 de julio de 1980, Bolivia experimentó un cambio de gobierno que marcó el inicio de un periodo de profunda inestabilidad. En esa fecha, y por mandato de la Junta de Comandantes, el expresidente de facto Luis García Meza Tejada asumió el Poder Supremo de la República. Esto ocurrió tras la renuncia de la entonces Presidenta Constitucional Interina de la República, Lidia Gueiler Tejada.
Este golpe de Estado dio origen a una serie de graves secuelas que son ampliamente conocidas por la opinión pública boliviana, sumiendo a la nación en un turbulento periodo con consecuencias significativas para su historia reciente.
Información crucial sobre las actividades golpistas de Luis García Meza Tejada y Luis Arce Gómez se encuentra en las páginas 643 y 645 del libro de Salamanca, titulado “Del caos a la reconstrucción nacional”.
La Sra. Lidia Gueiler Tejada, en su declaración a fojas 3783, cuerpo N° 17 del Juicio de Responsabilidades, aclaró: “tuvimos varias reuniones con el Alto Mando y ellos lanzaron una carta pública que fue de mi conocimiento, en el sentido de que las condiciones no estaban dadas para llamar a elecciones y que ellos veían más bien con agrado la prórroga de mi mandato. Esa postergación de elecciones yo la rechacé, Sr. Presidente; se me decía que yo podía seguir apoyada por las FF.AA. porque era la única institución que me apoyaba; me había abandonado el Congreso, me habían abandonado los partidos políticos y me habían abandonado todos”.
Gueiler continuó citando a García Meza: “Y decía que era muy fácil manejar este pueblo como una taza de leche, si no había ese ‘boliche’ del frente (refiriéndose al Congreso Nacional)”. También, “Cerrado ese ‘boliche’ del frente y la C.O.B. acá no hay problemas y este país se maneja como una taza de leche”. La testigo calificó esto como una ofensa, ya que su designación como Presidenta provenía precisamente de ese “boliche” que atrevidamente se llamó al Congreso. Ante la pregunta de la acusación sobre si fue Luis García Meza quien pidió el cierre del Parlamento y usó esos adjetivos, la Sra. Gueiler respondió: “Efectivamente, fue él”.
Valorando la evidencia indicada, se concluye que el golpe de Estado del 17 de julio de 1980 tenía objetivos concretos:
Captura y apresamiento de la Presidenta de la Républica y sus Ministros para forzar “renuncias” o “reasignaciones de mando” mediante coerción de la Fuerzas Armadas.
Captura, apresamiento y asesinato de los principales dirigentes políticos y sindicales.
Silenciar y controlar todos los medios de comunicación.
Restricción total de todas las libertades reconocidas por la Constitución Política del Estado (CPE).
Luis García Meza Tejada y Luis Arce Gómez, junto a sus colaboradores, dirigieron el alzamiento armado del 17 de julio de 1980. Ordenaron el asalto a la sede del gobierno de la Sra. Lidia Gueiler Tejada, donde grupos paramilitares tomaron por las armas el Palacio de Gobierno, apresando a la Presidenta y sus Ministros. Gueiler fue llevada a la Casa Presidencial.
Asimismo, asaltaron la Central Obrera Boliviana (COB). En este acto delictuoso, se produjo el asesinato de Marcelo Quiroga Santa Cruz, del diputado Carlos Flores Bedregal, y del dirigente de la FSTMB Gualberto Vega Yapura. Posteriormente, apresaron a todos los presentes en el edificio, donde se llevaba a cabo una reunión para intentar evitar la consumación del golpe.
Todos los detenidos fueron trasladados al Estado Mayor en ambulancias de la Caja Nacional de Seguridad Social, proporcionadas por Willy Sandoval Morón, convertidas en vehículos de represión. Allí, los Ministros fueron separados de los periodistas y otros. Por orden de los paramilitares, los presos fueron tendidos en un pesebre de animales, y los sicarios pasaban constantemente por encima de ellos.
Todo este accionar delictivo y contrario a los derechos humanos demuestra la premeditación del golpe de Estado del 17 de julio de 1980, bajo el mando de Luis García Meza, Luis Arce Gómez y sus colaboradores. Estos convirtieron el Cuartel General de Miraflores en el centro de todas las operaciones. Desde allí salieron los grupos paramilitares para cometer los delitos mencionados: asaltar el Palacio de Gobierno, la Central Obrera Boliviana, Radio Fides y otros órganos de comunicación social. Estos mismos sediciosos, después de cometer los actos criminales, regresaron al Cuartel General llevando consigo a todos los apresados, incluyendo a dirigentes de CONADE, Ministros de Estado, periodistas, trabajadores de radio y televisión, así como a muertos y heridos.
El asalto al Palacio de Gobierno se caracterizó, principalmente, por la presencia de paramilitares o grupos armados organizados por el Cnel. Luis Arce Gómez, denominados “grupos bolivianistas”, como consta en el libro “Del caos a la reconstrucción nacional” de Salamanca, colaborador de confianza de Luis García Meza y del Cnel. Luis Arce Gómez.
Comisión de la Verdad
Movimiento de Mujeres Libertad (Bolivia)